lunes, 16 de mayo de 2011

Pep y Mou, ese par de estrategas

En pleno fragor pre, post e interclásico, conviene reivindicar la virtud del término medio. Opción para la mayoría, obligación para algunos.
Madrid y Barça chocan de nuevo el miércoles. Ya saben, otra vez que se va a parar el mundo y tal. Pasará el partido, la eliminatoria, la vida seguirá, mejor para unos, peor para los otros, hasta la temporada que viene. Pero ésa no es la cuestión. Debería, pero no.
La cuestión es la diabólica espiral en la que todos, en mayor o menos medida, andamos enfangados a cuenta de cuádruple duelo de marras. O Madrid o Barça. O azulgrana o blanco. Y hasta ahí está bien, aunque habrá neutrales, digo yo, hasta el último pelo del asunto. Sin embargo, lo que realmente estomaga es la eterna comparación entre Mourinho y Guardiola. El yin y el yan. Ángel y demonio, cara o cruz, bueno y malo. O viceversa, claro.
Una pesadez. Porque, básicamente, los dos son bastante parecidos. Casi iguales. Dos plañideras profesionales, demasiado amargados para tener dos de los mejores empleos del mundo. Uno, que si los árbitros, los horarios, los palos, las alineaciones de terceros. El otro, que si el dinero, el césped, las lesiones. Y sí, también que si los árbitros.
Pep y Mou son estrategas, en el sentido más clásico (con perdón) del término. Controlan lo de dentro e intentan controlar lo de fuera. Se entiende que es parte de su trabajo. Y, si no, a ninguno de los dos parece importarle asumir competencias extras. Pero no deberían controlar las mentes de los aficionados, ni las de los periodistas, cuya obligación es la imparcialidad. Aunque ellos se lo crean, su verbo no es discurso revelado. No es dogma de fe. Aciertan y se equivocan, seguramente a conciencia, cuando les interesa. Es absurdo seguirles el juego, dar la cara por ellos. Porque, a la mínima, te dejan con el culo al aire.
Porque se empieza criticando una alineación del Sporting y se acaba lamentando la buena vista de un asistente. La semifinal será apasionante. Que no nos la fastidie este par de nazarenos.

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