Es uno de esos equipos que jamás debió marcharse. El Real Betis Balompié certificó ayer a eso de las siete de la tarde, con la derrota del Granada en Alcorcón, su ascenso matemático a la Liga BBVA, dos temporadas después de su descenso de categoría (todo ello a la espera del recurso interpuesto precisamente por el conjunto granadino ante el CEDD por supuesta alineación indebida del FC Barcelona B). Apoyado en el conocimiento de la categoría de un hombre curtido en mil batallas como Pepe Mel, y con una plantilla impropia de un equipo de la división de plata, el equipo bético ha conseguido imponerse a los bombardeos extrafutbolísticos (tristemente comunes en la entidad verdiblanca) que han acontecido en los últimos meses.
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